Qué difícil es desapegarse
de algo que nos acompañó durante mucho tiempo. Más que el tiempo valen los
momentos compartidos. Más que los momentos compartidos vale la intensidad con
la que vivimos cada instante. Más que la intensidad con la que vivimos cada instante
vale el amor que pusimos en cada cosa que hicimos por el otro. Pero ya no hay
más tiempo, ni momentos, ni intensidad, ni amor por el que suspirar.
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