EN QUÉ LUGAR HABRÁ CONSUELO PARA MI LOCURA?
Qué puedo hacer cariño? me siento como el color azul ~
lunes
domingo
lunes
jueves
martes
domingo
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
jueves
Requiere de entrenamiento poder encontrarse con uno mismo. El ser conscientes nos da la posibilidad de elegir: Somos conocedores de aquello que realmente nos da felicidad?Te levantas, vas a trabajar, salis, comes mal o no comes, vas a la facultad, tratas de no dormirte y además prestar atención, el tráfico, llegar a casa, los quehaceres, tener que leer para el parcial...24horas nunca parecen ser suficientes y no lo son. Dedicamos horas y horas al trabajo, al estudio, a la bendita rutina interminable, pero cuánto de ese tiempo lo dedicamos a esas pequeñas cositas que hacen a la plenitud de vivir? Leer un libro, andar descalzo en el pasto, bailar, cantar, salir a correr, caminar solo por caminar... sonreír solo por sonreír...Cultivar la felicidad debería ser tan obligatorio como llegar a horario al trabajo cada día. Acostarte en el piso y solo mirar el techo, con la mente en blanco, o replanteando nuestra vida, aveces es necesario.lunes
“Te libero de mí, de mis males, de mi mal genio, de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más, del odio a mis cumpleaños, de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas.
Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento.
Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar.
Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huida inevitable.
Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras, menos”.
Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento.
Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar.
Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huida inevitable.
Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras, menos”.
— Mario Benedetti
sábado
lunes
La cabeza me trabaja a mil por hora. Siempre pasa, pero a mi me pasa cuando no tengo nada que hacer, esos días completamente improductivos. Son días muy eventuales. No es que nunca piense, o nunca me replantee mi vida, pero estos días lo hago con un sabor amargo. Lo que entra en el juego es la comparación y el contraste de mi vida con las de los demás, no tanto mis amigos, sino más bien esas personas que deje atrás. Y pienso, y me reprocho tantas cosas. No en sentidos generales, sino en un aspecto en particular: en lo sentimental. Siento que tengo todo, pero que no tengo nada. Se me ocurre que quizás seria lindo poder compartir todo lo que vivo día a día con una persona en especial, y que esa persona me acompañe y me apoye en todo. Es que aveces me falta ese apoyo incondicional de mis amigos, más aún de mi familia. Ahí es cuando se nota. Avance mucho, crecí mucho, pero siempre "faltan cinco para el peso" y a mi me falta mi cinco.
miércoles
lunes
viernes
jueves
Ese día me mandó al descenso; recuerdo como su mirada me volteó.
Pero dos que se quieren se dicen cualquier cosa
Ay! si pudieras recordar sin rencor.
En mi buzón hay un par de cartas tuyas
fueron juntándose, y no tengo el valor...
Todavía su amor me da descargas
(nunca tuvo el higo seco junto a mí).
Pero a los ciegos no le gustan los sordos
y un corazón no se endurece porque sí.
Pero dos que se quieren se dicen cualquier cosa
Ay! si pudieras recordar sin rencor.
En mi buzón hay un par de cartas tuyas
fueron juntándose, y no tengo el valor...
Todavía su amor me da descargas
(nunca tuvo el higo seco junto a mí).
Pero a los ciegos no le gustan los sordos
y un corazón no se endurece porque sí.
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